Los escorpiones son seres arácnidos con particularidades que los distinguen de otros miembros de su clase taxonómica como arañas y garrapatas.
El cuerpo de los escorpiones está recubierto por finos pelos y por un exoesqueleto quitinoso (polisacárido) el cual está dividido en dos tagmas: cefalotórax o prosoma y abdomen o mesosoma.
Los quelíceros y pedipalpos en forma de pinzas, así como las patas, las garras fijas y garras movibles, la cola o metasoma y el aguijón, también son piezas que conforman su anatomía.
El metasoma está estructurado por cinco segmentos caudales y el telson, que es una pieza en forma de vesícula que guarda las glándulas venenosas. Tal veneno generado viaja por la delgada púa de inyección hasta el cuerpo del oponente.
Su cuerpo está dividido en dos tagmas: cefalotórax o prosoma y abdomen o mesosoma.
El tamaño de los escorpiones abarca un rango muy amplio. Mientras unos pueden medir 1.2 cm, otros llegan a registrar 20 cm como el escorpión emperador (Pandinus imperator). De igual manera, el ancho varía de acuerdo con el tipo de especie. Ciertos escorpiones son delgados y alargados y otros son más cortos pero anchos. La especie asiática Euscorpiops montanus tiene unas dimensiones que lucen un tanto desproporcionadas, pues el tamaño de sus pedipalpos es enorme comparado con la longitud de la cola.
Cuentan con varios ojos de los cuales dos están posicionados en la parte superior del prosoma y de dos a cinco pares están acomodados en ambas esquinas delanteras. A pesar de sus múltiples globos oculares, los escorpiones no tienen buena visibilidad y son muy sensibles a la luz. Solo funcionan para distinguir entre la claridad y la oscuridad y quizá movimientos, pero se cree que no son efectivos para reconocer formas.
Por lo contrario, su sentido del olfato está muy bien desarrollado y con ello son capaces de identificar a sus presas, detectar peligros y diferenciar a machos de hembras.
Cada una de sus ocho patas tiene distintos segmentos. Comenzando de abajo hacia arriba, encontramos el apotele que porta un par de uñas y el dáctilo; después se localiza el tarso, el basitarso, la tibia, la rótula o patela, fémur, el trocánter y la coxa. Los pedipalpos están compuestos por coxa, trocánter, rótula o patela, tibia y tarsus.
Los escorpiones pasan por varias mudas antes de madurar completamente. Es un proceso muy lento comparado con el de otros arácnidos.
Coloración y fluorescencia
La gama de colores que los escorpiones pueden lucir es variada. Podemos encontrar escorpiones amarillos, rojos, negros, azulados, verdosos y grises. Con el color logran camuflarse de manera eficaz en su medio ambiente, lo que permite tener éxito en las cacerías. Unos presentan patrones de colores diferentes en patas y cuerpo, algunos muestran líneas horizontales y otros son de un tono uniforme en todo su exterior.
Los escorpiones son fáciles de detectar en la noche si se tiene una luz ultravioleta. Bajo este alumbramiento, lucen de un color verde azulado muy intenso, tal como una calcomanía que brilla en la oscuridad.
La falta de una explicación concreta sobre el porqué o para qué de este suceso, ha generado varias hipótesis entre los investigadores. Entre una de las teorías del para qué, está la explicación de que su brillo es para atraer a sus presas, para advertir a los depredadores de su peligrosidad, como método de reconocimiento entre individuos, para encontrar escondites oscuros gracias a un juego de sombras con su cuerpo, y otras declaraciones más extrañas indican que es un mecanismo que responde a la luz de la luna.
La beta-carbolina es el componente que genera la fluorescencia en el exoesqueleto de los escorpiones.
Por otro lado se dice que ellos no lo generan sino que se da de manera natural, y el desarrollo de esta respuesta corresponde al ¿por qué brillan? Esto se debe a la presencia de una mezcla de azúcares complejos y ceras en la cutícula del armazón de los escorpiones que actúan como elementos impermeables. La beta-carbolina presente es el componente que genera este brillo particular.
Su fluorescencia es en parte un aspecto positivo para el ser humano, pues permite que los escorpiones puedan ser detectados para tomar precauciones.
Veneno
El veneno de los escorpiones es una mezcla de proteínas. La cantidad de sustancia secretada es a voluntad de los escorpiones, pudiendo liberar cantidades grandes para defenderse de oponentes peligrosos o realizar picaduras secas donde no inyectan veneno pero sí provocan que el enemigo huya.
Referencias
Animals, a visual encyclopedia. Second edition. Smithsonian 2012.
Polis, Gary A. The Biology of Scorpions. Stanford University Press, 1990
Walls, Jerry G. Scorpions: Plus Other Popular Invertebrates. i5 Publishing, 2012
http://kids.nationalgeographic.com/animals/scorpion/#scorpion-tail-up.jpg
http://animals.nationalgeographic.com/animals/bugs/scorpion/